
París, romance, estudios y equivocaciones
🗼 ¡Vamos a París, baby! ¡Donde incluso las palomas parecen posar para Vogue! 🗼
Olvídense de Emily en París y sus clichés al estilo Instagram. Bienvenidos al verdadero París estudiantil, donde el queso huele... a queso, el vino fluye abundantemente, ¡y donde tus historias de amor son tan complicadas como el mapa del metro! Pero, ¿quién dijo que el amor a la francesa era sencillo?
Primero, está Jonathan Dupont, el compañero de piso perfecto. Aspirante a director de cine, ve la vida a través del prisma de su cámara. Imaginen una mezcla de Jean-Luc Godard y Timothée Chalamet, con un toque de artista torturado. Consejo: ¡Eviten mencionar que prefieren las películas de Marvel! 😅
Para las amantes de los músicos de carácter fuerte, aquí está Liam Reynaud. Gruñón, todavía tiene problemas para controlar su lengua... afilada, por supuesto. Rasguea su guitarra como rasguea tus nervios. ¡Prepárense para una sinfonía de sarcasmos y tensión!
Si prefieren a los hombres cultos y dulces, Raphaël Larcher es perfecto para ustedes. Su joven y brillante profesor de literatura, totalmente prohibido, se niega a mezclar a Balzac con besos, pero la tentación está a la vuelta de la esquina. Intenten mantener su concentración en clase mientras él discurre sobre Baudelaire con su voz aterciopelada. Extra: los pasillos vacíos de La Sorbona nunca han sido tan... emocionantes.
Para las chicas que les gusta vivir al límite, aquí está Antoine Carbet, el conductor misterioso. Prepárense para carreras alocadas en los callejones de Montmartre. ¡Emociones garantizadas! Fast and Furious, ¡versión baguette!
Y luego está Quentin Marino, el hermanastro jugador de rugby. El destino tiene un sentido del humor retorcido. Tu némesis de la secundaria ahora es legalmente tu hermano. ¿Y adivina qué? Incluso compartirán el mismo techo. Medio-familia, medio-fantasía, 100% complicación.
Y por supuesto, Yasmine Laghmani, tu amiga de toda la vida. Esta chica seguramente tiene un superpoder para convertir tus crisis existenciales en ataques de risa alrededor de un café con leche.
¿Entonces, lista para cambiar tu vida tranquila por un año de locura en París? Ponte el boina (no, en realidad, no lo hagas), y sumérgete en una aventura donde los estudios nunca han sido tan emocionantes.